No he sido muy constante con las entradas al blog éste mes, pues hemos pasado por un proceso de mudanza (¡como para variar!). Después de varios meses de búsqueda, casi al borde de la desesperación, logramos conseguir, como un regalo de Dios, una casa muy conveniente para nosotros. Es una casa antigua, espaciosa y cómoda, con buen área verde (aunque aún no tan verde) para que los niños y Dilan puedan correr y distraerse.
La casa va a necesitar bastante tiempo y dedicación para ponerla bonita, como la queremos. Ya comenzamos a pintarla, lo cual va a ser una gran diferencia, ya que los colores claros, como el rosado que tenía, son fatales! Queremos aprovechar para utilizar colores coloniales. Por lo pronto, le pusimos este tono ladrillo, que no nos tiene muy convencidos; creo que terminaremos cambiándole a un tono más oscuro.
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